Punta del Este es uno de esos lugares del mundo totalmente fuera de concurso. Ha sido comparada con Saint Tropez y con muchos otros balnearios famosos. Pero es única, no se puede comparar con nada, no hay nada parecido. Extraña y sin embargo armónica mezcla de cosas tan contradictorias: glamour de otro planeta con sus ricos y famosos, sus lujosos casinos y sus millonarias mansiones, bosques de pinos, chacras marítimas, modernos edificios, decenas de kilómetros de playas de arena blanca, Río de la Plata y Océano Atlántico separados por unos pocos cientos de metros y juntándose a la vuelta de una mágica península, grandes marcas de pret-a porter, gaviotas y lobos de mar, aire salado y viento del sur, vacaciones, silencio, estruendo de discotecas… hay para todos los gustos, todas las edades, todas las costumbres, con amigos, en familia, en  pareja o solo, para no hacer nada o para hacer de todo. Pero siempre en compañía de un mar siempre presente, imponente, que te envuelve y te transporta.

Situada a tan solo 130 km de Montevideo, se llega por una cómoda vía rápida de cuatro carriles en poco más de una hora y media en auto desde el centro de la capital, y en dos horas y cuarto en ómnibus de transporte colectivo. El aeropuerto internacional de Carrasco (Montevideo) se encuentra en la misma ruta, por lo que ni siquiera es necesario entrar a Montevideo para ir a Punta del Este si se llega en avión (ver cómo llegar).

Forma una única unidad urbana con la ciudad de Maldonado, capital del departamento de mismo nombre. La población permanente de Punta del Este no sobrepasa las 10.000 personas, pero en verano se transforma en la segunda ciudad más poblada del país y tiene capacidad para alojar hasta 400.000 personas.

La principal peculiaridad de Punta del Este, y lo que la hace tan diferente, son sus dos costas a ambos lados de la “península” que marca el límite exterior del Río de la Plata: la playa “Mansa”, de aguas tranquilas, que forma una amplia bahía que parece dibujada con un compás cerrada por la Isla Gorriti; y la playa “Brava”, oceánica, que huye hacia la Barra de Maldonado.